Profesionales del Centro de Estudios Especializados en Trastornos de Ansiedad (CEETA) aseguraron que a raíz de lo ocurrido en el denominado “Caso Nisman” aumentaron las consultas de pacientes con trastornos de ansiedad a la vez que potencia el malestar en aquellos que los venían sufriendo. Aumentan los casos de personas que padecen trastornos de pánico y por Ansiedad Generalizada.
Según la Lic. Gabriela Martínez Castro (Matrícula 18627), directora del CEETA, los más afectados son aquellas personas que tienen una predisposición a padecer este tipo de trastornos, es muy probable que “gente que no tiene predisposición a padecer trastornos de ansiedad desarrolle probablemente un cuadro de estrés importante, porque lamentablemente nadie escapa a este tipo de factores donde la situación que atraviesa el país parece que nos desborda”.
Hoy en día la gente está más irritable, más violenta, con menos paciencia. Todos estos son síntomas de este tipo de trastornos.
Toda la situación que se está viviendo conlleva casos de depresión, tristeza y preocupación excesiva que si supera los parámetros normales e impide el normal funcionamiento de las rutinas diarias, lleva inexorablemente a la consulta con un especialista para evitar complicaciones.
Recomendaciones
Según su experiencia en casos de esta índole, la Lic. Martínez Castro recomienda que las personas que sufren este problema, antes que todo, no deben perder la calma e intentar afrontar la situación de la manera más realista posible, entendiendo que una crisis no es para siempre ni terminal y que vendrán tiempos mejores.
También se debe trabajar sobre los pensamientos negativos, que pueden dar lugar a un trastorno de ansiedad.
Por otra parte, en casos más severos, la licenciada sugiere someterse a un tratamiento de tipo breve, cognitivo-conductual, en el que se trabaja focalizadamente y se ven resultados en cortos períodos de tiempo.
Dependiendo la situación se puede acudir a una interconsulta psiquiátrica, con el fin de suministrar al paciente pequeñas dosis de medicación, pero con le objetivo de retirarlas al corto plazo.
El objetivo de este tratamiento es devolver en pocos meses al paciente la calidad de vida que antes tenía.
Los trastornos que más se incrementaron son el trastorno de pánico y el de ansiedad generalizada.
Respecto de los ataques de pánico, la edad aproximada de manifestación es a partir de los 18 años, “cuando la persona está en la edad madurativa y se ve enfrentada a la toma de decisiones importantes”, explica la Licenciada. Esta patología presenta síntomas físicos: “el paciente experimenta la sensación de estar cerca de la muerte, o la locura, sufre taquicardia, falta de respiración, ahogo, entre otros efectos”, dice Martínez Castro. Por lo general el primer episodio de pánico no se olvida jamás, a partir de allí es normal que el que lo ha sufrido tenga la sensación de que pronto volverá a ocurrirle. “Quienes tienen ataques de pánico no pueden quedarse solos, porque a partir de que viven el primer ataque, su conducta cambia completamente; evita lugares donde sufrió la crisis, procura no realizar la acción que realizaba al momento de manifestarse el pánico; en fin, su conducta se ve limitada y la vida del paciente se restringe hasta el aislamiento”, explica Gabriela Martínez. Esta tipología en particular de trastornos de ansiedad, suele avanzar rápidamente y tiene consecuencias graves.
En cuanto al trastorno por ansiedad generalizada es común que se manifieste cerca de la vida adulta. “En esta patología la persona se preocupa excesivamente por cuestiones de la vida cotidiana y no puede priorizar, pues le resulta igual de importante la operación de riesgo de un familiar que llegar impuntual a una cita”, explica la especialista.