Consejos a tener en cuenta antes de viajar en avión

Buenos Aires (09/01/2011) – Algunos ya se fueron y tienen que volver, otros aún están esperando las ansiadas vacaciones para este verano. Muchos son los turistas que eligen el transporte aéreo para trasladarse. Y no pocos los que sufren algún temor antes de subirse al avión. Por este motivo, la directora del Centro de Estudios Especializado en Trastornos de Ansiedad (CEETA), Lic. Gabriela Martínez Castro elaboró una serie de consejos prácticos para disminuir la ansiedad por el vuelo.

Muchos pasajeros frecuentes y no tanto padecen el trastorno de ansiedad denominado aerofobia o miedo a volar, por eso es útil tener en cuenta algunos “tips” para aquellas personas que no reciben tratamiento para superar este miedo
• Prepare el equipaje con tiempo, para evitar estresarse

• Procure descansar adecuadamente antes del viaje

• Es aconsejable ingerir pequeñas y frecuentes colaciones de hidratos de carbono hasta tres horas antes del vuelo, dado que disminuyen el nivel de ansiedad (pizza, arroz, dulces, etc.).

• Evite mirar a través de la ventanilla. Esto podría aumentar la ansiedad.

• Evite el alcohol y grandes cantidades de comida durante el vuelo.

• Camine cada tanto tiempo por el avión, para prevenir el “síndrome de la clase turista” (trombosis de los miembros inferiores)

• Trate de elegir la fila de emergencia para sentarse, dado que es la más amplia y la más cómoda.

• Ante posibles turbulencias, coloque la almohada o una frazada doblada sobre el abdomen, y ajuste fuertemente su cinturón de seguridad, esto disminuirá la desagradable sensación de los movimientos gravitatorios y antigravitatorios.

• Recuerde que la turbulencia no conlleva peligro alguno.

• Vaya al baño antes de abordar.

• Quítese lentes de contacto y utilice lágrimas artificiales.

• Procure escuchar música relajante a través de los canales de audio de la nave.

• Lleve consigo elementos distractores, como: libros, revistas, fotos, crucigramas, manualidades, etc.

• Use ropa cómoda y holgada, evitando el uso de tacones altos.

• Tome abundante líquido durante el vuelo (un vaso de agua por cada hora de viaje), así se favorece la dilución de la adrenalina más rápidamente.

• Recuerde que los accidentes aéreos no son siempre catastróficos, puede provocarse un aterrizaje forzoso sin consecuencias negativas para los pasajeros.

• Tenga en cuenta que los recursos de seguridad y salvamento en el avión, son numerosos.

 

Estas son algunas de las cuestiones que los viajeros deben tener en cuenta antes de subirse a un avión.

Igualmente, para aquellos que sufren demasiado al abordar un avión, es aconsejable que se sometan a un tratamiento específico de aerofobia, para superar definitivamente el temor y así prescindir de toda medicación. Este tratamiento sólo tiene una duración de ocho sesiones, y se lleva a cabo con un psicólogo, un piloto y un psiquiatra especialista.

El CEETA ofrece este tratamiento en todas sus sedes.

Acerca de la aerofobia

La aerofobia se refiere al miedo a volar, está considerado como uno de los tantos trastornos de ansiedad existentes, y puede tener varias causas:

1. Haber pasado por una experiencia traumática directa, haber escuchado el relato (o imagen visual) de una mala experiencia de otra persona.

2. Si el individuo padece de claustrofobia, es casi con seguridad que desarrollará aerofobia, dadas las características de encierro que se susciten dentro de la aeronave, y la imposibilidad de escapar durante el vuelo.

3. Si la persona sufre de algún trastorno de ansiedad, como trastorno de pánico, es posible que evite abordar una aeronave por temor a padecer una crisis de pánico y no poder escapar.

4. Por último, si el individuo padece de otro trastorno de ansiedad llamado trastorno por ansiedad generalizada que consiste en una preocupación excesiva por situaciones cotidianas de la vida y la anticipación catastrófica por eventos futuros seguramente tendrá altos niveles de temor a viajar en avión con miedo a la caída del mismo, entre otras posibles consecuencias imaginadas.

Si bien no es malo sentirse ansioso, ya que como aclara la terapeuta Gabriela Martínez Castro, “todos tenemos ansiedad, porque es algo corriente en los seres humanos”, la misma debe moverse dentro de determinados parámetros para que sea benévola pero “cuando supera límites normales la ansiedad comienza a ser un problema, porque produce un deterioro en la calidad de vida de la persona, y es ahí cuando estamos frente a un trastorno”, completa la Licenciada en psicología Gabriela Martínez Castro.

Lo cierto es que estos trastornos son una patología en creciente aumento y sus pacientes, si bien “se recuperan” cargan con el trastorno toda su vida ya que son crónicos.

Entre los trastornos de ansiedad hay varios tipos, algunos son: Ataques de pánico; Trastorno obsesivo compulsivo; fobia específica, stress post traumático; trastorno por ansiedad generalizada y trastorno por ansiedad social. Cada uno con sus características particulares, síntomas y efectos. La mayoría presenta síntomas físicos, algunos también tienen sus causas relacionadas con la carga genética de la persona, o bien su aparición está directamente relacionada con un contexto social, familiar o laboral que lo propicia, como ser mucho estrés, nerviosismo, inseguridad, presión, miedos, entre otros.

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